lunes, 27 de julio de 2020

EXTENSIÓN/COMUNICACIÓN

EXTENSIÓN/COMUNICACIÓN Hernando Vaca  gutiérrez Los conceptos aparecen primordialmente en el ensayo Extensão ou comunicação? (1971) de Paulo Freire, escrito en 1968 para el Instituto de Capacitación e  Investigación  en  Reforma  Agraria,  en  Santiago  de  Chile.  En  él,  a  través  del análisis del trabajo de extensión de los agrónomos, se hace una crítica radical a la estrategia  de extensión agrícola  para  América Latina,  promovida desde los inicios de la década de 1950 por los Estados Unidos. Los conceptos son producidos en un contexto en que la liberación (años 1960 y 1970) es la tónica dominante en América Latina,  y el concepto de “dependencia” de Leopoldo Zea, constituye la estrategia teórica y metodológica para analizar la realidad. Freire realiza una aproximación semántica y gnoseológica al término extensión y  a  la  relación  entre  éste  y  la  invasión  cultural.  Desde  el  punto  de  vista  semántico, el término extensión se encuentra en relación significativa con transmisión, entrega, donación, mesianismo, mecanicismo, invasión cultural, manipulación, etc.  “Y  todos  estos  términos  involucran  acciones  que,  transformando  al  hombre casi en “cosa”, lo niegan como un ser de transformación del mundo” (FREIRE, 1971, p. 22). El  objetivo  fundamental  del  extensionista  al  relacionarse  con  el campesino es que él substituya sus “conocimientos” por otros,  asociados a su acción sobre la realidad, o sea, por aquellos del extensionista.  Y aquel que es “llenado” de contenidos  por  otro,  “sin  que  sea  desafiado,  no  aprende”  (p.  28),   no produce conocimiento. Por lo  tanto,  para  Freire  la  extensión  no  es  una  acción  educativa  para la “libertad” sino para la “domesticación”. Desde el punto de vista gnoseológico, si  hay  algo  dinámico  en  la  práctica  sugerida  por  la  extensión,  ese  algo  se  reduce  a la pura acción de extender. A continuación Freire argumenta que la teoría implícita  en la acción de extender, la extensión, es una teoría antidialógica. Freire enfatiza en la invasión cultural:  “El  invasor  reduce  a  los  hombres  del  espacio  invadido  a  meros  objetos de su acción” (p. 41) y descaracteriza  a la cultura invadida. Hablar  de  comunicación  para  Freire,  es  partir  de  algo  obvio:  “El  hombre es un ser de relaciones”. Por lo tanto, “el mundo social y humano no existiría como tal si no fuera un mundo de comunicabilidad, fuera del cual es imposible que se dé el conocimiento humano” (p. 65). Entonces, para Freire el mundo humano es un mundo de comunicación. Es por la intersubjetividad que se establece la comunicación  entre los sujetos. Eso explica que, estudiando las tres relaciones  constitutivas del conocimiento,  la gnoseológica,  la lógica y la  histórica, Freire se apropia de una cuarta, fundamental, introducida por Eduardo Nicol, indispensable al acto del conocimiento, que es la relación dialógica. Por lo tanto, la comunicación es diálogo, y el diálogo es comunicativo. Eso significa que en la comunicación no hay sujetos pasivos, y si coparticipación y reciprocidad. El diálogo es una condición fundamental para la humanización. En otras palabras, el diálogo no invade, no objetiviza, no llena al otro de contenidos. De esa manera, Freire llega a su síntesis fundamental sobre la relación entre educación y comunicación: “La educación es comunicación, es diálogo, en la medida que no es transferencia de saber, sino un encuentro de sujetos interlocutores que buscan la significación de los significados” (FREIRE, 1971, p. 69). Así respondida la pregunta del ensayo Extensão ou comunicação?, respondamos negativamente a la extensión y afirmativamente a la comunicación. En Educação como prática  da liberdade, Freire destaca que la vocación natural de la persona es la de ser sujeto y no objeto, y denuncia que hay resistencias a defender un modelo de educación que respete “en el hombre su vocación de ser sujeto” (1989, p. 36). En Pedagogia da autonomia Freire desarrolla la idea de que enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su producción o su construcción. No hay docencia sin discencia, quien enseña aprende al enseñar y quien aprende, enseña al aprender (1999, p. 23). En Pedagogia do oprimido Freire profundiza las características de la acción dialógica: la “colaboración”, la unión, la organización y la síntesis cultural (1997, p. 165ss). En esa obra postula al diálogo como una exigencia existencial. Sin él no hay comunicación, y sin ésta no hay verdadera educación,  subraya Freire. La comprensión de  la “comunicación  como diálogo”  tiene su  referencial más próximo en el  Yo-Tú de Buber, pero el enfoque tiende a ser de persona a persona “mientras que Freire se orienta por un punto de vista definitivamente social y político” (LIMA, 1984, p. 73). En ese sentido su perspectiva se vuelve única. Referencias:  BELTRAN, Luis Ramiro.  La planificación de la comunicación para el desarrollo rural en latinoamerica: un bosquejo histórico. Quito: CIESPAL, 1988. (Conferencia  presentada en  el Seminario  “La  comunicación agrícola en el  desarrollo rural”. Caracas, 26 nov. 1979); FREIRE, Paulo.  Educação como prática da liberdade. 19. ed. Rio de Janeiro: Paz e  Terra, 1989; FREIRE, Paulo.  Extensão ou comunicação? Rio de Janeiro: Paz e  Terra, 1971; FREIRE, Paulo.  Pedagogia da autonomia. Saberes necessários à prática educativa. 12. ed. Rio de Janeiro: Paz e  Terra, 1999; FREIRE, Paulo.  Pedagogia do oprimido. 24. ed. Rio de Janeiro: Paz e  Terra, 1997; LIMA, Venício Artur de.  Comunicação e cultura: as idéias de Paulo Freire. 2. ed. Rio de Janeiro: Paz e  Terra, 1984.

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