lunes, 27 de julio de 2020

EXPERIENCIA

EXPERIENCIA Rosane Kreusburg Molina La  Teoría del Conocimiento, construida por Paulo Freire, puede ser profundamente entendida si es contextualizada donde surgió: el nordeste brasileño, en los  años  1960, donde y  cuando  millares de  personas eran analfabetas y vivían en la “cultura del silencio”. Participando de esa experiencia, entre y con esos sujetos, pensando y repensando su práctica, Freire inicia su “método de alfabetización”, expresión máxima de su apuesta en la educación como instrumento capaz de proporcionar a los hombres y a las mujeres, intervenciones críticas  en  sus  contextos  de  existencia  social  e  individual.  La  apuesta  de  Freire  en los procesos educativos como posibilidad de cambio social se basa en principios f ilosóficos-antropológicos y propone, por el ejercicio de la reflexión, encontrar en la naturaleza humana el núcleo que sustenta el proceso de educación: “¿cuál sería este núcleo captable a partir de  nuestra propia experiencia existencial?” (FREIRE, 1979, p. 27). Experiencia, así como utopía, diálogo y esperanza, son categorías que estructuran la obra de Freire, que puede ser sintetizada como una perspectiva de lectura y de inserción en el mundo concreto. En A importância do  ato  de  ler:  em  três  artigos  que  se  completam  (1982),  la  experiencia  de  los educandos y de los educadores está fuertemente referenciada como locus de las relaciones dinámicas que vinculan lenguaje y realidad en el ejercicio de la comprensión del contexto de la práctica, que a su vez, por el “ejercicio de la lectura”, puede ser ampliada (p. 66). “Conocerás por el acto de leer” es, para Freire, un principio educativo revolucionario y “práctica concreta de liberación y de construcción de la historia” (p. 8). Experiencia es para el pensamiento freiriano más que una categoría de análisis. Documentando y relatando sus experiencias en educación, Freire produjo su obra e imprimió  en ella su profunda convicción de que “la lectura de la palabra está siempre precedida de la lectura del mundo” (FREIRE, 1970). Leer y escribir para Freire, son prácticas y experiencias que suceden en un mismo tiempo porque entiende que el “acto de conocer” se da en tiempos y espacios indisociables del saber. Así, Freire escribió su obra leyendo a otros autores, o reescribiendo y releyéndose a sí  mismo. De esa manera  se  aproximó del camino teórico de Habermas (1988), para quien el paradigma de la comunicación dirigida al entendimiento  es central  en el  concepto  de “razón  comunicativa”. Habermas eleva al nivel de dignidad epistemológica la acción o praxis de la comunicación cotidiana del día a día, “los actos del habla”. La proximidad de la categoría “mundo de vida” del pensamiento habermasiano es identificable con la categoría “experiencia”, del pensamiento freiriano. Se aproxima por la definición conceptual y por el significado estructurante que tienen ambas en el pensamiento de esos autores. La Teoría de la Acción Comunicativa de Habermas se ocupa de demostrar que las estructuras simbólicas del “mundo de la vida” son reproducidas por medio de interacciones coordinadas por el lenguaje para producir consensos fundamentados argumentativamente cuya fuerza motiva las acciones de los sujetos. Habermas (1988) ve relación entre el saber teórico y la praxis vital libre y emancipada. Freire y Habermas coinciden al definir la “praxis libre y emancipada” como una “experiencia de acción” que deriva de otros momentos de la actividad humana: la teoría siempre tiene vínculos con la praxis vital y tiene una determinada praxis como consecuencia, la praxis emancipatoria, en palabras de Habermas (1988), o la práctica para la libertad, en palabras de Freire (1976). El sentido y el significado de la “experiencia” en el pensamiento freiriano es también comparable al significado dialéctico, en su forma racional, que Marx (1998) confiere a la investigación cuando dice que la investigación necesita “apoderarse de los pormenores de la vida del contexto investigado,  analizar  sus  diferentes  formas  de  desarrollo  e  indagar  la  conexión íntima que hay entre ellas” para tener una perspectiva, teniendo al mundo como palco, de acuerdo con su carácter transitorio, las formas en que se configura el devenir (pp. 28-29). La  obra  de  Freire,  identificada  por  él  como  práctica  reflexiva,  “praxis”, sintetiza su reflexión sobre la propia experiencia y ha servido como fundamento teórico y como inspiración para otras tantas reflexiones en diversas partes del mundo y en la perspectiva de innumerables intelectuales. Referencias:  FREIRE, Paulo.  A importância do ato de ler: em três artigos que se completam. São Paulo: Cortez, 1982; FREIRE, Paulo.  Educação como prática de  liberdade:  e  outros  escritos.  Rio  de  Janeiro: Paz  e  Terra,  1976;  FREIRE, Paulo.  Educação e mudança. Rio de Janeiro: Paz e  Terra, 1979; FREIRE, Paulo. Pedagogia do oprimido. Rio de Janeiro: Paz e  Terra, 1970; HABERMAS, Jürgen. Teoria de la acción comunicativa, II. Crítica de la razón funcionalista. Madrid: Taurus, 1988.  Título original:  Theorie dês kommunikativen Handelns. Band II.  Zur Kritik der funktionalistischen  Vernunft. Suhrkamp  Verlag,  Frankfurt am Main, 1981; MARX, Karl.  O Capital: crítica da  economia política. Livro I, v. 1.  Tradução de Reginaldo Sant’Anna. 16. ed. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 1998.

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