lunes, 27 de julio de 2020

ÉTICA

ÉTICA sérgio Trombetta y  luiz Carlos Trombeta Freire no publicó un libro que aborde de manera específica el tema de la ética. Sin embargo, todo su pensamiento está permeado por un permanente rigor ético en defensa de la dignidad humana. Su opción humanista se manifiesta claramente en su ética de la liberación y de la solidaridad que asume el compromiso de luchar por la dignidad del oprimido, del excluido y por la justicia global. Es a partir de la ética universal del ser que debemos  pensar todas las relaciones de los humanos entre  sí y de estos  con la naturaleza y  con la vida.  Como espacio de formación humana, la educación es esencialmente un proceso de conquista y de desarrollo de  la dimensión ética.  La  razón última  de  ser  del proceso  educativo es  posibilitar  la emancipación por la mediación de una reflexión crítica sin perder la vinculación con lo ético. La educación jamás puede prescindir de la formación ética. “Nunca me fue posible separar en dos momentos la enseñanza de los contenidos, de la formación ética de los educandos” (FREIRE, 1997, p. 106). Los educadores y los educandos no pueden escapar de la rigurosidad ética. Cuando la ética es concebida como una reflexión crítica destinada a tematizar los criterios que posibilitan superar el mal y conquistar la humanidad del hombre como ser libre, los vínculos entre educación y ética se vuelven fuertísimos al punto de  poder decir que educar es formar sujetos éticos, teniendo en perspectiva la humanización de lo humano y de las relaciones sociales. La educación es en su esencia un encuentro ético entre yo y el otro. Sin ética es imposible efectivizar un proyecto de educación  liberador y humanizador. La globalización actual coloca una serie de desafíos a la educación de carácter humanista, pues su proyecto de sociedad prioriza el lucro, el crecimiento material por sobre la vida, la justicia y la dignidad humana. La dimensión más perversa del actual modelo de globalización, además del pavoroso aumento de la pobreza y de la exclusión, es el discurso que lo legitima  como el mejor de los mundos, el único camino posible frente al cual es imposible buscar alternativas. Se habla de la muerte de la Historia, del desaparecimiento de las utopías, de las ideologías. “Me pregunto si la ética del mercado prevalece hoy con aires de vencedora imbatible en los discursos y en la práctica político-económica neoliberal, se instauró para siempre y contra la ética universal del ser humano” (FREIRE, 2000, p. 108). Contra esa ideología o visión de mundo fatalista, determinista que nos es presentada por el discurso hegemónico dominante, Paulo Freire tomará posición en el sentido de condenar lo que él llama de “ética del mercado” y propone la “ética universal del ser humano”. Las estructuras socio económicas actuales son injustas, deshumanas y antiéticas porque prohíben al ser humano realizarse en su vocación ontológica. Luchar contra la maldad del capitalismo y la barbarie económica que mata a millones de personas es un imperativo ético. “El sueño de la humanización, cuya concretización es siempre proceso, siempre devenir, pasa por la ruptura de las amarras reales, concretas de orden económico, político, social, ideológico que nos están condenando a la deshumanización” (FREIRE, 1992, p. 99). La verdadera humanización solo es posible a partir de la ética del ser humano. No podemos adherir al discurso seductor y manipulador de la globalización que causa tantos sufrimientos a diferentes personas en todas partes del mundo. El  discurso  ideológico  de  la  globalización  busca  disfrazar  que  ella  viene robusteciendo  la riqueza de unos  pocos y ampliando  la  pobreza y la miseria  de millones. El sistema capitalista alcanza en el neoliberalismo globalizante el máximo de eficacia de su intrínseca maldad. (FREIRE, 1997, p. 248) La educación humanista liberadora debe posicionarse radicalmente contra la dictadura del mercado, fundada en la perversidad de su ética del lucro.  Tenemos el deber ético de resistir a todas las formas de agresión, negación de la dignidad humana. La lucha de Freire es contra el capitalismo y su perversidad intrínseca, en su naturaleza anti solidaria. La ética como esfuerzo de humanización y convivencia respetuosa con todos los seres, debe ser la gran orientadora de todo proceso educativo. Nuestras acciones deben mantenerse dentro de la ética y del respeto al ser humano. La boniteza de ser  persona  se  da  dentro  de  la  ética.  “La  ética  no  trata  del  mundo…  la  ética  debe ser una condición del mundo (Wittgenstein). Educar, existir en la dimensión de lo humano, sólo es posible a partir de la ética de la solidaridad y de la justicia. No es posible pensar en los seres humanos, ni siquiera lejos de la ética, menos aún fuera de ella. Estar lejos, o peor, fuera de la ética, entre nosotros, mujeres y hombres, es una transgresión. Es por eso que transformar la experiencia educativa en puro entrenamiento es mezquinar lo que hay de fundamentalmente humano en el ejercicio educativo: su carácter formador. Si se respeta la naturaleza del ser humano, la enseñanza de los contenidos no puede estar ajena a la formación moral del educando. Educar es substantivamente formar. (FREIRE, 1997, p. 37) Sin  una transformación  ética  de  las  personas  y de  la  sociedad, ninguna revolución es capaz de realizar fines verdaderamente humanos. Una nueva humanidad  solo es posible a partir de la ética de la solidaridad que coloca a la justicia radical en el centro de todo el proceso civilizatorio. Una sociedad sin ética y solidaridad puede incluso funcionar de  forma mecánica, pero no puede existir de modo verdaderamente humano. “La eticización  del mundo es  una  consecuencia  necesaria  de  la  producción  de  la  existencia  humana,  o  de  la ampliación  de  la vida  en existencia” (FREIRE,  2000, p.  112). Según Freire, la defensa de la ética del ser humano requiere en primer lugar la defensa de una vida digna para todos. En esta perspectiva, no es posible un mundo más bello, solidario y justo. El proceso educativo implica problematizar la realidad social opresora con la intencionalidad de hacer surgir en las conciencias de los educandos la libertad responsable y el compromiso  con los otros y con el mundo que nos rodea. Referencias:  FREIRE, Paulo.  À sombra desta mangueira. São Paulo: Editora Olho d’Água, 2000; FREIRE, Paulo. “Globalização ética e solidariedade”. En: DAWBOR, Ladislau; Octavio, IANNI; Paulo-Edgar A. RESENDE (Orgs.).  Desafios da globalização. Petrópolis:  Vozes, 1997; FREIRE, Paulo.  Pedagogia da autonomia. Saberes necessários à prática educativa. São Paulo: Paz e  Terra, 1996; FREIRE, Paulo. Pedagogia  da  indignação:  cartas  pedagógicas  e  outros  escritos.  São  Paulo:  UNESP,  2000; GADOTTI, Moacir.  Boniteza de um sonho-ensinar-e-aprender com sentido. Novo Hamburgo: Feevale, 2003; OLIVEIRA, Manfredo Araújo de.  Desafios éticos da globalização. São Paulo: Paulinas, 2001.

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