sábado, 27 de noviembre de 2021

HISTORIA DEL PESEBRE

HISTORIA DEL PESEBRE

¿Sabes quién inventó el pesebre? Voy a contártelo. Pon mucha atención.

El pesebre lo inventó San Francisco de Asís, el santo de la humildad y de la pobreza, en la Navidad de 1223, hace muchos años ya, en el pueblecito de Greccio, en Italia.

Francisco estaba débil y enfermo, y pensando que tal vez aquella sería su última Navidad en la tierra, quiso celebrarla de una manera distinta y muy especial.

Un amigo de Francisco, el señor Juan Velita, era dueño de un pequeño bosque en lasmontañas de Greccio, y en el bosque había una gruta que a Francisco se le parecía mucho a la cuevita donde nació Jesús, en los campos de Belén, y que él había conocido hacía poco en su viaje a Tierra Santa.

Francisco habló con su amigo, le contó su idea de hacer allí un “pesebre vivo”, y juntos lo prepararon todo, en secreto, para que fuera una sorpresa para los habitantes del pueblo, niños y grandes.

Entre la gente del pueblo, Francisco y Juan escogieron algunas personas para que representaran a María, a José, y a los pastores; les hicieron prometer que no dirían nada a nadie antes de la Navidad, y, siguiendo el relato del Evangelio de San Lucas, prepararon la escena del nacimiento. ¡Hasta consiguieron un hermoso bebé para que representara a Jesús!

La noche de Navidad, cuando todas las familias estaban reunidas en sus casas, las campanas de la iglesia empezaron a tocar solas…  ¡Tocaban y tocaban como si hubiera una celebración especial!… Pero nadie sabía qué estaba pasando… El Párroco del pueblo no había dicho que fuera a celebrar la  Misa del Gallo… la Misa de Medianoche….

Sorprendidos y asustados a la vez, todos los habitantes de Greccio salieron de sus casas para ver qué estaba sucediendo… Entonces vieron a Francisco que desde la montaña los llamaba, y les indicaba que subieran donde él estaba.

Alumbrándose con antorchas, porque la noche estaba muy oscura y hacía mucho frío, todos se dirigieron al lugar indicado, y cuando llegaron quedaron tan admirados, que cayeron de rodillas, porque estaban viendo algo que nunca habían pensado poder ver. Era como si el tiempo hubiera retrocedido muchos, muchos años, y se encontraran en Belén, celebrando la primera Navidad de la historia: María tenía a Jesús en sus brazos, y José, muy entusiasmado, conversaba con un grupo de pastores y pastoras, que no se cansaban de admirar al niño que había acabado de nacer…

Después, cuando todos se calmaron, el sacerdote, que había sido cómplice de Francisco y de Juan Velita en aquel secreto, celebró la Santa Misa, y Jesús se hizo presente en el Pan y el Vino consagrados, como pasa siempre que se celebra una Misa en cualquier lugar del mundo.

Terminada la Eucaristía, Francisco, lleno de amor y de alegría, les contó a todos los presentes, con lujo de detalles, la hermosa historia de la Navidad, y Jesús, “luz del mundo”, llenó sus corazones de paz y de amor.

Tres años más tarde, Francisco de Asís murió, dejándonos esta hermosa costumbre de hacer el pesebre todos los años, que a todos nos gusta tanto.




martes, 2 de noviembre de 2021

•𝕰𝖑 𝕸𝖎𝖈𝖙𝖑𝖆𝖓•

•𝕰𝖑 𝕸𝖎𝖈𝖙𝖑𝖆𝖓• 

𝐸𝑙 𝑣𝑖𝑎𝑗𝑒 𝑎 𝑀𝑖𝑐𝑡𝑙𝑎́𝑛 𝑑𝑢𝑟𝑎 4 𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑦 𝑐𝑟𝑢𝑧𝑎 9 𝑑𝑖𝑚𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 

𝑆𝑒𝑔𝑢́𝑛 𝑙𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑑𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑚𝑒𝑥𝑖𝑐𝑎, 𝑙𝑎𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑒𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑢𝑠𝑎𝑠 𝑛𝑎𝑡𝑢𝑟𝑎𝑙𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑏𝑒𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑠𝑖𝑡𝑎𝑟 𝑢𝑛 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑜 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛𝑜 𝒉𝑎𝑠𝑡𝑎 ‘𝐿𝑎 𝑇𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑀𝑢𝑒𝑟𝑡𝑜𝑠’ 

𝑀𝑖𝑐𝑡𝑙𝑎́𝑛, 𝑠𝑒𝑔𝑢́𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑒𝑥𝑖𝑐𝑎𝑠, 𝑒𝑟𝑎 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑖𝑑𝑖́𝑎𝑛 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑚𝑜𝑟𝑖́𝑎𝑛 𝑑𝑒 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑛𝑎𝑡𝑢𝑟𝑎𝑙, 𝑦 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑜𝑠𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜 𝒉𝑎𝑏𝑖𝑡𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑖𝑐𝑡𝑙𝑎𝑛𝑡𝑒𝑐𝑢𝒉𝑡𝑙𝑖 𝑦 𝑀𝑖𝑐𝑡𝑒𝑐𝑎𝑐𝑖́𝒉𝑢𝑎𝑡𝑙, ‘𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟 𝑦 𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑀𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒’. 

𝐸𝑟𝑎 𝑢𝑛 𝑠𝑖𝑡𝑖𝑜 𝑚𝑢𝑦 𝑜𝑠𝑐𝑢𝑟𝑜 𝑦 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑢𝑎́𝑙 𝑒𝑟𝑎 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑖𝑟. 𝑆𝑒𝑔𝑢́𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑑𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝒉𝑎 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑑𝑜 𝒉𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑖́𝑎𝑠, 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑓𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑏𝑖́𝑎𝑛 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑟 𝑎𝑑𝑒𝑚𝑎́𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑒 𝑑𝑖𝑚𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝒉𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑟 𝑎 𝑙𝑎 𝑇𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑀𝑢𝑒𝑟𝑡𝑜𝑠. 𝑈𝑛 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑜 𝑣𝑖𝑎𝑗𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑗𝑢𝑠𝑡𝑖𝑓𝑖𝑐𝑎 𝑙𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑑𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑝𝑜𝑛𝑒𝑟 𝑣𝑖𝑎𝑛𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑎𝑙𝑡𝑎𝑟𝑒𝑠. 

𝑈𝑛 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛𝑜 𝑙𝑙𝑒𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜𝑠 𝑦 𝑜𝑏𝑠𝑡𝑎́𝑐𝑢𝑙𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒𝑛𝑖́𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑑𝑢𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜 𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑦 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑜𝑛𝑖́𝑎 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑒 𝑑𝑖𝑚𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑚𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛: 

1.- 𝐴𝑝𝑎𝑛𝑜𝒉𝑢𝑎𝑖𝑎 𝑜 𝐼𝑡𝑧𝑐𝑢𝑖𝑛𝑡𝑙𝑎𝑛: 𝑈𝑛 𝑟𝑖́𝑜 𝑐𝑎𝑢𝑑𝑎𝑙𝑜𝑠𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑐𝑟𝑢𝑧𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑛 𝑎𝑦𝑢𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑋𝑜́𝑙𝑜𝑡𝑙. 𝑆𝑖 𝑒𝑛 𝑣𝑖𝑑𝑎 𝑛𝑜 𝑠𝑒 𝒉𝑎𝑏𝑖́𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑝𝑒𝑟𝑟𝑜, 𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑜 𝑠𝑒 𝑞𝑢𝑒𝑑𝑎𝑏𝑎 𝑒𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑖𝑚𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜́𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑒𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑. 

2.- 𝑇𝑒𝑝𝑒𝑐𝑡𝑙𝑖 𝑀𝑜𝑛𝑎𝑚𝑖𝑐𝑡𝑙𝑎𝑛: 𝐿𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑒𝑟𝑟𝑜𝑠 𝑐𝒉𝑜𝑐𝑎𝑛 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑠𝑖́. 

3.- 𝐼𝑧𝑡𝑒𝑝𝑒𝑡𝑙: 𝐶𝑒𝑟𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑛𝑎𝑣𝑎𝑗𝑎𝑠: 𝑢𝑛 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑒𝑟𝑖𝑧𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑑𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙𝑒𝑠. 

4.- 𝐼𝑧𝑡𝑒𝑒𝑐𝑎𝑦𝑎𝑛: 𝐿𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑠𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑜𝑐𝒉𝑜 𝑐𝑜𝑙𝑖𝑛𝑎𝑠 𝑛𝑒𝑣𝑎𝑑𝑎𝑠. 

5.- 𝑃𝑎𝑛𝑖𝑒𝑐𝑎𝑡𝑎𝑐𝑜𝑦𝑎𝑛: 𝐷𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜𝑠 𝑓𝑙𝑜𝑡𝑎𝑛 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑏𝑎𝑛𝑑𝑒𝑟𝑎𝑠. 𝐴𝒉𝑖́ 𝑒𝑚𝑝𝑒𝑧𝑎𝑏𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑧𝑜𝑛𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑒́𝑟𝑡𝑖𝑐𝑎 𝑚𝑢𝑦 𝑓𝑟𝑖́𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝑜𝑐𝒉𝑜 𝑝𝑎́𝑟𝑎𝑚𝑜𝑠. 

6.- 𝑇𝑖𝑚𝑖𝑚𝑖𝑛𝑎𝑙𝑜𝑎𝑦𝑎𝑛: 𝐸𝑙 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑓𝑙𝑒𝑐𝒉𝑎𝑛: 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑛 𝑐𝑢𝑦𝑜𝑠 𝑙𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠 𝑖𝑛𝑣𝑖𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒𝑠 𝑒𝑛𝑣𝑖𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑖𝑎𝑔𝑢𝑑𝑎𝑠 𝑠𝑎𝑒𝑡𝑎𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑎𝑐𝑟𝑖𝑏𝑖𝑙𝑙𝑎𝑟 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠. 

7.- 𝑇𝑒𝑜𝑐𝑜𝑦𝑜𝑐𝑢𝑎𝑙𝑙𝑜𝑎: 𝐿𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑓𝑖𝑒𝑟𝑎𝑠 𝑠𝑒 𝑎𝑙𝑖𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠. 𝐿𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎 𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑒𝑔𝑢𝑖𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛 𝑐𝑎𝑖𝑚𝑎́𝑛. 

8.- 𝐼𝑧𝑚𝑖𝑐𝑡𝑙𝑎𝑛 𝐴𝑝𝑜𝑐𝒉𝑐𝑎𝑙𝑜𝑙𝑐𝑎: 𝐸𝑙 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝑛𝑖𝑒𝑏𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑒𝑔𝑢𝑒𝑐𝑒. 𝐴𝑞𝑢𝑖́ 𝑠𝑒 𝑡𝑒𝑛𝑖́𝑎𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑎𝑑𝑒𝑎𝑟 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑒 𝑟𝑖́𝑜𝑠 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑎𝑛𝑠𝑜 𝑚𝑜𝑟𝑡𝑎𝑙. 

9.- 𝐶𝒉𝑖𝑐𝑢𝑛𝑎𝑚𝑖𝑐𝑡𝑙𝑎𝑛: 𝐷𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑎𝑙𝑚𝑎𝑠 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑎𝑛𝑠𝑜 𝑎𝑛𝒉𝑒𝑙𝑎𝑑𝑜.



LA VERDAD DETRÁS DEL MITO: POR QUÉ PENSAMOS QUE LAS BRUJAS VUELAN CON ESCOBAS...

LA VERDAD DETRÁS DEL MITO: POR QUÉ PENSAMOS QUE LAS BRUJAS VUELAN CON ESCOBAS... 

Durante muchos años las novelas de fantasía, el cine y la televisión han logrado que imaginemos a las brujas como mujeres con verrugas, ancianas, deformes y volando en una escoba. Aunque en su gran mayoría todo esto es ficción, el mito de que vuelan usando escobas tiene que ver con las alucinaciones.

La historia detrás de las brujas volando sobre escobas en realidad tiene sus bases en el siglo XIV, época en la que la investigación de una mujer acusada de brujería llevó a los médicos y científicos de entonces a entender un poco más el verdadero origen de esos mundos de fantasía, encantamientos y (supuestamente) demonios a los que se relacionaban las brujas, sobre todo gracias a la iglesia católica.

Lo primero que debemos recordar es que las mujeres a las que la iglesia y las autoridades tildaban de “brujas” en realidad no eran más que mujeres que experimentaban con plantas medicinales y buscaban significados de la vida y la naturaleza más allá de lo que decían las religiones de la época. En la época en la que solo los hombres podían perseguir carreras medicinales y la ciencia estas mujeres eran vistas como diabólicas, pecadoras y sencillamente malvadas.

Pero las mal llamadas “brujas” experimentaban con plantas medicinales buscando calmar sus propios padecimientos (incluyendo dolores menstruales y otras cosas que los médicos de la época parecían no tomar en cuenta... porque eran hombres) y ayudar a otras mujeres. Esto estaba prohibido, era penado por la ley y, sobre todo, por la iglesia. De ahí a que practicaran sus creencias en secreto y se formaran grupos de mujeres que se reunían a estudiarlas, lo que los demás veían como “brujería” y las llevaban a la hoguera por ello.

LAS BRUJAS Y LOS ALUCINÓGENOS :

Debido a que experimentaban con plantas medicinales pudieron descubrir algunos usos peculiares para estas. Por ejemplo, al experimentar con plantas como la mandrágora, el beleño y el hongo que se forma en el centeno pudieron descubrir que algunas plantas venenosas y hongos podían generar un efecto alucinógeno al consumirla en pequeñas cantidades.

Y muchas de estas “brujas” se obsesionaron con estos alucinógenos. La sensación placentera y las visiones que producía el estar bajo este efecto hizo que estas mujeres experimentaran con esta planta de forma frecuente.

El problema es que el ingerir estos alucinógenos tenía efectos secundarios, incluyendo irritación de la piel, nauseas y muchos vómitos. No pasó mucho tiempo en que descubrieran que la mejor forma de obtener el mayor efecto posible y evitar estos efectos secundarios eran aplicarlo a la piel en forma de ungüento.

Sin embargo, poco tiempo después descubrieron que los mejores lugares para aplicar el ungüento alucinógeno era en las zonas mucosas de los genitales. El efecto se elevaba al máximo sin producir vómito ni efectos secundarios. El placer venía acompañado de las alucinaciones, y así comenzaron a aplicar el ungüento usando el palo de la escoba para frotarlo en sus áreas íntimas.

Las primeras evidencias de esto se encuentran en la investigación del caso de Lady Alice Kyteler, acusada de brujería, que data del año 1324:

“En el armario de la dama se encontró un envase de ungüento con el que asegura untaba un palo que luego montaba para pasar el ungüento a sus partes íntimas”.

En los archivos de Jordanes de Bergamo, otro investigador de la brujería del siglo XV, asegura que:

“Las brujas han condesado que durante algunos días y noches untan un palo con ese ungüento especial y “mágico” que hacen y lo pasan por sus partes íntimas, debajo de los brazos y en otros lugares del cuerpo para obtener el efecto deseado”.

Esta claramente podría ser la razón por la que tantas pinturas del siglo XV y XVI representan a las “brujas” volando sobre escobas completamente desnudas.

Sin embargo, ¿por qué dicen que vuelan sobre escobas si solamente las montan para aplicar un ungüento? La respuesta tiene que ver con la propia experiencia de la “bruja”. Durante sus juicios muchas mujeres confesaron que el efecto del ungüento se traducía en un adormecimiento del cuerpo acompañado de alucinaciones intensas.

Básicamente aunque estaban casi completamente dormidas, en su mente se veían “volando sobre montañas y praderas, sobre la naturaleza”. Y ellas creían que lo que habían visto era la realidad, un efecto astral de su espíritu generado por el “ungüento volador”.

El mito de las brujas que vuelan usando escobas se resume en mujeres que experimentaban con plantas medicinales pero descubrieron que aplicar un ungüento hecho a base de hongos y veneno por sus vaginas las hacía alucinar y vivir una experiencia psicosensorial tan intensa que creían que era realidad.

"NO DISCUTAS CON BURROS" (Fábula)

"NO DISCUTAS CON BURROS" (Fábula) El burro le dijo al tigre: - "El pasto es azul". El tigre respondió: - "No, el pa...