sábado, 11 de julio de 2020

Aquí descansan los restos de Cuauhtémoc, el último emperador mexica

Aquí descansan los restos de Cuauhtémoc, el último emperador mexica
Cuauhtémoc, el último emperador mexica descansa en un escondido poblado de la Sierra de Guerrro, llamando Ixcateopan ‘El altar de la patria’ donde cada año ocurre la celebración de su natalicio el 23 de febrero con tradiciones milenarias.

Esta es la consigna que dejó el undécimo Tlatoani (Gran Portador de la Palabra) de Mexhiko Tenochtitlan que nació el 23 de Febrero 1496.

 
«LA CONSIGNA DE KUAUHTEMOK «

 

Nuestro sol se ha ocultado, nuestro sol ha escondido su rostro y en completa oscuridad hemos quedado. Pero tenemos la certeza que otra vez vendrá, que volverá a salir y nuevamente habrá de alumbrarnos.

 

En tanto, mientras permanezca allá en el lugar de los muertos, reunámonos pronto, y resguardemos dentro de nuestros corazones todo aquello que amamos y que sabemos que es nuestro tesoro, aquello que para nosotros es como piedras preciosas.

 

Protejamos nuestros recintos dedicados al principio creador, nuestras escuelas de altos estudios, nuestro campo del juego de pelota, nuestras escuelas para jóvenes, nuestras casas de canto.

 

Que solitarios queden nuestros caminos, y que sean nuestros hogares los que nos cuiden hasta que salga otra vez nuestro nuevo sol.

 

Venerables padres, venerables madres de todos nosotros, nunca nos olviden, hablen con sus jóvenes, enseñen a sus hijos mientras vivan, que buena ha sido nuestra amada ANAHUAC, donde nuestros TETEO TZINTZIN HUAN nos protegen, por nuestro respeto y humildad.

 

Díganles que lo hemos heredado de nuestros abuelos, y que luego nuestros padres lo sembraron con gran entusiasmo en nuestro corazón.

 

Ahora nosotros entregamos la tarea a nuestros hijos: No lo olviden, informen a sus hijos como será su elevación, como otra vez se levantará nuestro venerable Sol, como dignamente mostrará su fuerza»

 

Mientras permanezca el mundo, jamás perecerá la gloria y la fama de Mexhiko- Tenochtitlan.

Esta es la consigna que dejó el undécimo Tlatoani (Gran Portador de la Palabra) de Mexhiko Tenochtitlan que nació el 23 de Febrero 1496.

 
«LA CONSIGNA DE KUAUHTEMOK «

 

Nuestro sol se ha ocultado, nuestro sol ha escondido su rostro y en completa oscuridad hemos quedado. Pero tenemos la certeza que otra vez vendrá, que volverá a salir y nuevamente habrá de alumbrarnos.

 

En tanto, mientras permanezca allá en el lugar de los muertos, reunámonos pronto, y resguardemos dentro de nuestros corazones todo aquello que amamos y que sabemos que es nuestro tesoro, aquello que para nosotros es como piedras preciosas.

 

Protejamos nuestros recintos dedicados al principio creador, nuestras escuelas de altos estudios, nuestro campo del juego de pelota, nuestras escuelas para jóvenes, nuestras casas de canto.

 

Que solitarios queden nuestros caminos, y que sean nuestros hogares los que nos cuiden hasta que salga otra vez nuestro nuevo sol.

 

Venerables padres, venerables madres de todos nosotros, nunca nos olviden, hablen con sus jóvenes, enseñen a sus hijos mientras vivan, que buena ha sido nuestra amada ANAHUAC, donde nuestros TETEO TZINTZIN HUAN nos protegen, por nuestro respeto y humildad.

 

Díganles que lo hemos heredado de nuestros abuelos, y que luego nuestros padres lo sembraron con gran entusiasmo en nuestro corazón.

 

Ahora nosotros entregamos la tarea a nuestros hijos: No lo olviden, informen a sus hijos como será su elevación, como otra vez se levantará nuestro venerable Sol, como dignamente mostrará su fuerza»

 

Mientras permanezca el mundo, jamás perecerá la gloria y la fama de Mexhiko- Tenochtitlan.

Esta es la consigna que dejó el undécimo Tlatoani (Gran Portador de la Palabra) de Mexhiko Tenochtitlan que nació el 23 de Febrero 1496.

 
«LA CONSIGNA DE KUAUHTEMOK «

 

Nuestro sol se ha ocultado, nuestro sol ha escondido su rostro y en completa oscuridad hemos quedado. Pero tenemos la certeza que otra vez vendrá, que volverá a salir y nuevamente habrá de alumbrarnos.

 

En tanto, mientras permanezca allá en el lugar de los muertos, reunámonos pronto, y resguardemos dentro de nuestros corazones todo aquello que amamos y que sabemos que es nuestro tesoro, aquello que para nosotros es como piedras preciosas.

 

Protejamos nuestros recintos dedicados al principio creador, nuestras escuelas de altos estudios, nuestro campo del juego de pelota, nuestras escuelas para jóvenes, nuestras casas de canto.

 

Que solitarios queden nuestros caminos, y que sean nuestros hogares los que nos cuiden hasta que salga otra vez nuestro nuevo sol.

 

Venerables padres, venerables madres de todos nosotros, nunca nos olviden, hablen con sus jóvenes, enseñen a sus hijos mientras vivan, que buena ha sido nuestra amada ANAHUAC, donde nuestros TETEO TZINTZIN HUAN nos protegen, por nuestro respeto y humildad.

 

Díganles que lo hemos heredado de nuestros abuelos, y que luego nuestros padres lo sembraron con gran entusiasmo en nuestro corazón.

 

Ahora nosotros entregamos la tarea a nuestros hijos: No lo olviden, informen a sus hijos como será su elevación, como otra vez se levantará nuestro venerable Sol, como dignamente mostrará su fuerza»

 

Mientras permanezca el mundo, jamás perecerá la gloria y la fama de Mexhiko- Tenochtitlan.

Esta es la consigna que dejó el undécimo Tlatoani (Gran Portador de la Palabra) de Mexhiko Tenochtitlan que nació el 23 de Febrero 1496.

LA CONSIGNA DE KUAUHTEMOK «

 

Nuestro sol se ha ocultado, nuestro sol ha escondido su rostro y en completa oscuridad hemos quedado. Pero tenemos la certeza que otra vez vendrá, que volverá a salir y nuevamente habrá de alumbrarnos.

En tanto, mientras permanezca allá en el lugar de los muertos, reunámonos pronto, y resguardemos dentro de nuestros corazones todo aquello que amamos y que sabemos que es nuestro tesoro, aquello que para nosotros es como piedras preciosas.
Protejamos nuestros recintos dedicados al principio creador, nuestras escuelas de altos estudios, nuestro campo del juego de pelota, nuestras escuelas para jóvenes, nuestras casas de canto.

 

Que solitarios queden nuestros caminos, y que sean nuestros hogares los que nos cuiden hasta que salga otra vez nuestro nuevo sol.

 

Venerables padres, venerables madres de todos nosotros, nunca nos olviden, hablen con sus jóvenes, enseñen a sus hijos mientras vivan, que buena ha sido nuestra amada ANAHUAC, donde nuestros TETEO TZINTZIN HUAN nos protegen, por nuestro respeto y humildad.

Díganles que lo hemos heredado de nuestros abuelos, y que luego nuestros padres lo sembraron con gran entusiasmo en nuestro corazón.

 

Ahora nosotros entregamos la tarea a nuestros hijos: No lo olviden, informen a sus hijos como será su elevación, como otra vez se levantará nuestro venerable Sol, como dignamente mostrará su fuerza»

Mientras permanezca el mundo, jamás perecerá la gloria y la fama de Mexhiko- Tenochtitlan.

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