LA OBRA DE FREIRE: UN PENSADOR DIALÓGICO EN BÚSQUEDA DE NUEVAS SÍNTESIS
Freire se sitúa en el origen de un nuevo paradigma pedagógico que surge en América Latina y actualmente se afirma como obra colectiva que se encuentra en proceso de construcción y reinvención en las diferentes experiencias de lucha y organización de las clases populares en todo el mundo. El propio Freire, en registros tales como el libro Pedagogia da esperança, anota la importancia de que la Pedagogía del oprimido se transforme de hecho en un proyecto colectivo, en su condición de obra de todos aquellos que luchan juntos y se solidarizan por un mundo más justo y humanizado para todos.
Sin embargo, probablemente deba dejar claro a los lectores y lectoras, al referirme a la Pedagogía del Oprimido y hablar hoy de las experiencias vividas en los años 70, no estoy asumiendo una posición nostálgica. La realidad es que mi encuentro con la Pedagogía del Oprimido no posee el tono de quien habla de lo que ya fue sino de lo que está siendo. (...) Las tramas, los hechos, los debates, discusiones, proyectos, experiencias, diálogos de los que participé en los años 70, habiendo tenido a la Pedagogía del oprimido como centro, aparecen para mí tan actuales como otros a los que me refiero de los años 80 y de hoy. (Freire, 1994, p. 13)
En ese sentido, la obra de Freire dialoga con muchos estudiosos que se dedicaron durante décadas, a la construcción de fundamentos teórico- metodológicos para la consolidación de una educación liberadora. Entre los diferentes aspectos que podríamos destacar, hacemos un llamado de atención respecto a las características que según nuestra lectura son las más propias del pensamiento de Freire, y que hacen de su obra una referencia imprescindible en la educación latinoamericana y mundial:
a) Osadía epistemológica: Freire no repite las estructuras de pensamiento de la tradición filosófica sino que busca innovar a partir del desafío de la realidad del oprimido, en diálogo con los instrumentos de análisis de la reflexión teórica. Es en esta perspectiva que encontramos en Freire una síntesis, por ejemplo, entre la fenomenología y la dialéctica.
Mi perspectiva es dialéctica y fenomenológica. Creo que es desde aquí que debemos mirar para vencer esa oposición entre teorías y praxis: superando lo que no debe ser hecho en un nivel idealista. (Freire apud Torres, 998, p. 82)
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Esta síntesis no es una mera construcción teórica sino producto de la creatividad de su pensamiento crítico, al tener como compromiso central la realidad latinoamericana (social, cultural, histórica y política). Una educación humanista liberadora en la perspectiva freiriana, requiere tener como punto de partida los fenómenos concretos que constituyen el universo existencial de nuestro pueblo. Y a partir de ese universo, el desafío dialógico crítico converge hacia la lucha en pro de las transformaciones necesarias e imprescindibles a fin de lograr una vida más digna, principalmente para los sectores sociales que más sufren con la opresión o la exclusión.
b) Compromiso político: El pensamiento freiriano se conforma a partir de una posición política clara a favor de los oprimidos. Es importante retomar el epígrafe de la Pedagogía del Oprimido: “A los harapientos del mundo y a los que se descubren en ellos, y descubriéndose, sufren con ellos, pero sobretodo, luchan con ellos” (1993, p. 23). En esa perspectiva, como ya señalamos, el punto de partida del pensamiento de Freire es la realidad social opresora.
De forma dialéctica, es a partir de allí que Freire hace la denuncia de un mundo en el que se amplían y sofistican las formas de opresión, al mismo tiempo que destaca la importancia y la viabilidad del proceso educativo humanizador y su relación directa con el desafío de la praxis social transformadora:
Es necesario sin embargo que tengamos fundamentos para nuestra rebeldía y no para nuestra resignación frente a las ofensas que destruyen nuestro ser, basados en la resistencia que nos preserva vivos, en la comprensión del futuro como problema y en la vocación para ser más como expresión de la naturaleza humana en proceso de estar siendo. Nos afirmamos no en la resignación sino en la rebeldía frente a las injusticias. (Freire, 1996, p. 87)
Consecuentemente, la obra de Freire es una fecunda fuente para movilizar las luchas de los oprimidos en todo el mundo. Es un pensamiento comprometido, con fuerza y creatividad, que continúa provocándonos, principalmente para reinventarlo.
c) Pensar esperanzador: Freire hace la diferencia entre pensar cierto y pensamiento ingenuo o anti dialéctico. El pensamiento cierto es crítico y esperanzador frente al futuro, pues no se cierra frente a las condiciones históricas que nos deshumanizan. La visión de mundo que refuerza el valor del sueño y de la utopía en una perspectiva de la historia como posibilidad
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es coherente con la forma de pensar la educación como un camino para la emancipación de los oprimidos:
(...) para la dialéctica, la importancia de la conciencia está en que, sin ser la que crea la realidad, por otro lado no es (...) puro reflejo de ella. Es en ese punto precisamente donde se coloca la importancia fundamental de la educación como acto del conocimiento, no solo de contenido, sino de la razón de ser de los hechos (...). (Freire, 1994, p. 102)
El pensamiento crítico dialéctico y la denuncia de los fatalismos nos impulsan a ver la condición humana en el mundo, según otra forma de pensar la existencia humana. Decir no a los fatalismos y a las posturas sectarias ya es comprometerse con una nueva perspectiva de pensar la educación y actuar como ciudadanos. En este sentido, Freire es optimista en su forma de entender al ser humano como ser histórico y social. Todos tenemos la vocación de ser más y nunca estamos condenados a repetir lo que ya somos. En nuestra calidad de seres inacabados, estamos en búsqueda de nuevas posibilidades y podemos realizar algo que hoy es sólo sueño, pero que puede convertirse en realidad por ser una utopía posible.
d) Freire y la actualidad: La obra de Freire inspira procesos socio educativos innovadores en varias partes del mundo. En América Latina hay una innegable influencia del pensamiento freiriano en la filosofía y en la teología de la liberación, en un sinfín de prácticas educativas y sociales en diversas áreas. Resulta importante desafiarnos a leer Freire a partir de nuevos escenarios, principalmente los que surgieron e los años 90 en relación a la realidad latinoamericana. Por ejemplo: ¿Qué perspectivas se diseñan para los movimientos sociales en América Latina? ¿Qué lugar ocupamos nosotros en el actual contexto de la geopolítica mundial? ¿Cómo nos ven en el mundo, principalmente en los países hegemónicos? y ¿cuál es nuestra mirada sobre nosotros mismos?
De esta forma, la obra de Freire nos puede ayudar a tener más claridad respecto a estos asuntos, pues su pensamiento dialoga con otras lecturas del mundo que convergen para una perspectiva crítica y humanizante de las sociedades actuales.
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