Dice Freire: “valorizar lo diferente de nosotros es absolutamente fundamental para el ejercicio de la autonomía (…) la profesora que cierra sus oídos al dolor, a la indecisión, a la angustia, a la curiosidad de lo diferente, mata la posibilidad de ser en el diferente” (FREIRE, 1997). Para Freire saber escuchar es también un requisito para el diálogo y para la comprensión del conocimiento que trae el educando a la situación de enseñanza-aprendizaje, posibilitando que el educador conozca y trabaje a partir de la lectura de mundo del educando. Saber escuchar es por lo tanto una práctica que se imbrica necesariamente, en la construcción del conocimiento crítico-emancipador. Es importante recordar con Freire, que la práctica del saber escuchar implica necesariamente posturas que van a requerir nuevos aprendizajes del educador: humildad, amorosidad a los educandos y tolerancia. A partir de su experiencia al lado de Paulo Freire, en la PUC/SP, Saul (1999) relata que el escuchar estuvo siempre presente en la práctica del maestro, constituyéndose en procedimiento esencial para su didáctica en las clases. Paulo Freire, dice ella, insistía en iniciar las clases oyendo las prácticas y los intereses de investigaciones de los alumnos; sus sueños. Trabajando con las propuestas/temáticas presentadas por los alumnos, incluso si ellas no estuvieran suficientemente claras, Freire buscaba encontrar los ejes centrales y los “hilos comunes” entre las diferentes experiencias o proyectos. De manera dialógica, profundizaba contenidos fundamentales que pudieran subsidiar la construcción del conocimiento. A Freire le gustaba estimular/desafiar a los estudiantes para que se ejercitaran en la producción escrita. Él proponía a los alumnos que escribieran pequeños textos, consultando también la bibliografía sugerida por él, para que pudieran reaccionar a las discusiones. En la siguiente sesión, él oía atentamente las reflexiones y comentaba cada una de ellas, reabriendo el diálogo. A escuchar se pueden encontrar referencias hechas por otros autores, en diferentes contextos. En la obra de Enrique Dussel, en particular, en Método para uma filosofia da libertação, la capacidad de escuchar alineada con el trabajo de Freire se destaca como exigencia ética: “saber oír es el momento constitutivo del propio método; es el momento de discipular del acto de filosofar; es la condición que posibilita el saber-interpretar, para saber-servir”. En entrevista al escritor Eduardo Galeano (2007), autor del clásico Las venas abiertas de América Latina, hace una importante reflexión acerca de la necesidad de escuchar, al responder sobre el papel del intelectual, hoy, en América Latina. En sintonía con Freire, en lo que se refiere a la importancia de dar voz a los oprimidos, Galeano resalta el valor de escuchar la palabra de los despreciados porque son palabras verdaderas.
Es condición esencial escuchar las voces jamás escuchadas… de las mujeres, de los negros, de los indios, de los pobres, de los civiles (…) pertenecemos a naciones que nacieron mutiladas (…) ellas tienen una cultura pasada, literatura, que también está mutilada.
Galeano termina su entrevista proponiendo la recuperación de esas voces perdidas. Referencias:
DUSSEL, Enrique. Método para uma filosofia da libertação. São Paulo: Loyola, 1986; FREIRE, Paulo. Pedagogia da autonomia. Saberes necessários à pratica educativa. São Paulo: Paz e Terra, 1997; FREIRE, Paulo. Pedagogia do oprimido. 17. ed. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1987; GALEANO, Eduardo. Veias continuam abertas na América Latina. Entrevista concedida a Mario Augusto Jakobskind. Disponible en: <http://www.outerspace.com.br>. Acesso em: 4 nov. 2007; SAUL, Ana Maria. “Paulo Freire, vida e obra de um educador”. In: STRECK, Danilo et al. (Orgs.). Ética, utopia e educação. Petrópolis: Vozes, 2001. pp. 17-28.
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