QUINO, MAFALDA Y LA EDUCACIÓN
Apuntes pedagógicos
Alfonso Torres Hernández
Cuando Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino) creó a Mafalda, nunca imaginó el éxito sin precedentes que tendría. En el mundo de Quino, Mafalda nace el 15 de marzo de 1962. En nuestro mundo, nace el 29 de septiembre de 1964, cuando se pública por primera vez la tira de Mafalda en la Revista Primera Plana de Argentina. Desde entonces y hasta junio de 1973, cuando Quino considera que Mafalda había cumplido su cometido, que dejó de publicarse. Mafalda nace en un contexto caracterizado por la música de los Beatles (que adora), el militarismo latinoamericano, los movimientos estudiantiles, la guerra de Vietnam, la hambruna en África, la revolución cultural, y Quino, crítico de esos acontecimientos, puso en boca de Mafalda lo que pasaba en el mundo, imprimiéndole un sentido de humor crítico a sus tiras en una niña que apenas estaba descubriendo el mundo. (Quino, Todo Mafalda, 2007)
La historia de Mafalda se expandió rápidamente, no solamente en Argentina sino en el mundo entero, cautivando a propios y extraños por su sentido crítico. La mirada de una niña de clase media, que es capaz de cuestionar fuertemente la política, las actitudes de los adultos, la carestía de la vida y que, además, odia la sopa, fue reflejo de lo que muchas personas pensaban y no decían. En 1969, Umberto Eco, semiólogo y ensayista italiano, prologaba un libro de Mafalda y escribía sobre ella: “Mafalda es en verdad una heroína iracunda que rechaza al mundo tal cual es….Mafalda pertenece a un país denso de contraste sociales, que a pesar de todo quería integrarla y hacerla feliz, pero se niega y rechaza todas las ofertas…Mafalda vive en un continuo dialogo con el mundo adulto, al cual no estima, no respeta, hostiliza, humilla y rechaza, reivindicando su derecho a ser siendo una niña que no quiere hacerse cargo de un universo adulterado por los padres” (Carlos B. R. y Diego Mejía, 2014).
La crítica de Mafalda a la escuela, no es diferente a otras instituciones y acontecimientos de esa época. Antes de asistir por vez primera, Mafalda ya la cuestionaba, al preguntarle a su amigo Felipe: ¿Cómo es ir a la escuela? Y por respuesta obtiene únicamente silencio y el rostro desencajado y temeroso de su amigo (tira 309). O al medir su cabeza con una cinta y pensar que en un tramo tan pequeño “cabrá todo lo que me van a meter en la cabeza” (tira 310). O al escuchar a Susanita diciendo “Al fin de cuentas no sé para qué hay que ir a la escuela…¡Si todo el mundo dice que la vida es la mejor escuela!”… y ella contestando “¡que las fiestas de egresados son siempre un velorio! (tira 313). Pero quizá una de las tiras más representativas e ilustrativas de lo que para Mafalda significa la escolarización es cuando su maestra le enseña a leer en el pizarrón: “Mi mamá me mima, mi mamá me ama” y ella, con total desparpajo, se para de su asiento para dirigirse a la maestra y decirle: “La felicito señorita, por tener una excelente mamá” para posteriormente regresar a su lugar y decirle “Y ahora por favor, enséñenos cosas realmente importantes” (tira 324) Frase lapidaria, no sólo a la escuela sino a la educación en su conjunto.
A lo largo de más de cincuenta años, Mafalda no ha enseñado que la escuela y la educación tienen un sentido, que no necesariamente responde a las expectativas y necesidades de las personas. Con un claro posicionamiento frente a una educación bancaria, que no cuestiona y no promueve el pensamiento, Mafalda advierte, nos advierte, la distancia de las narrativas escolares con la realidad de su entorno social. Una desarticulación que seguimos viendo actualmente en muchos de los contenidos y prácticas educativas. Esta mirada, y posibilidad de seguir cuestionando la realidad, es quizá la respuesta a la pregunta que se plantea Isabella Cosse (2014) ¿Cómo se explica este éxito y perdurabilidad de Mafalda? Efectivamente, mientras enseñemos a los niños a cuestionar su realidad y articulemos el sentido de nuestras enseñanzas con sus intereses y contexto, la educación en las escuelas encontrará mejores rumbos para la construcción de una sociedad mejor. En ello pensaba Quino y nos los hizo saber, y lo sigue haciendo, a través de Mafalda.
En memoria de Quino y por el cumpleaños de Mafalda.
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