“EL CAZADOR Y LA PERDIZ”
Hace mucho, un Cazador que revisaba sus trampas que dejó en el Bosque, descubrió en una de ellas una Perdiz. La Ave en suplica le dijo:
"Por favor buen Hombre, si usted me libera, le prometo que no se arrepentirá."
El Cazador confundido le dijo:
"No te entiendo... ¿De qué estás hablando?"
"Libéreme por favor, y le prometo volaré por esos aires y traeré a mis hermanas Perdices de carnes más apetitosas que la mía que, como puede ver, es flaca y no muy buna que digamos hacia su trampa y tendrá más a cambio de una." - Respondió la Perdiz.
El Cazador pensó y respondió:
─ ¡Calla, ave embustera! Lo que quieres es salvar tu vida entregando a tus hermanas:
"Si crees que por traicionar a tus amigas lograrás convencerme y dejarte libre, te equivocas Ave. Alguien traidora como tú merece un castigo."
Tu egoísta discurso es una razón más para sacrificarte, puesto que no perdonas ni a tus semejantes.
Y dicho esto, la sacó de la trampa y le torció el pescuezo.
Moraleja:
─ Debemos ser leales con nuestros amigos, por más que estemos en situaciones riesgosas.
─ ¡Quien con alevosía suele proceder, duro castigo puede tener1
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