sábado, 29 de mayo de 2021

LA MEJOR LECCIÓN DE MI VIDA

"La mejor lección de mi vida" nos muestra como una zorrita ademas de bella era muy inteligente y se ufanaba de serlo, en esta vida siempre habrá alguien que sea más hermoso e inteligente que uno, la cuestión es saber quienes somos y hasta donde somos capaces de lograr con solo proponernos, los invito a leerla y cuenten que reflexión les dejo, así sabre que la han leído.    LA MEJOR LECCIÓN DE MI VIDA

Había una vez una pequeña zorra llamada Nelly, la cual, siempre que tenía oportunidad presumía de su hermosura; sus amigos, que la apreciaban de verdad, le hacían ver que su actitud era equivocada y la persuadían de que dejara de ser presuntuosa y le aconsejaban:
_ ¡Zorrita Nelly, la belleza se acaba, pero, los buenos sentimientos perduran!
Pareciera que Nelly no escuchara los consejos, pues todos los días era lo mismo. 
En verdad era hermosa, ya que tenía unos hermosos ojos color del cielo y un pelaje tan suave y sedoso que se antojaba acariciarlo. Las demás zorritas ya estaban hartas de tanta vanidad y de que creyera que nadie estaba a su altura, pues decía que era demasiado para cualquiera.
A Nelly siempre le gustaba salir a pasear por las tardes en compañía de su amigo el mapache Rodrigo ya que era igual de vanidoso, eran tal para cual. Al mapache le gustaba ir al río ya que ahí podía ver su reflejo a su antojo. Y qué decir de Nelly que siempre buscaba hermosas flores para adornar su cabeza y estaba siempre olorosa a eucalipto, pues se colgaba de una rama hasta hacer caer las hojas para después masticarlas y así tener un agradable olor en su hociquito.
Cuidaba demasiado su apariencia, ya que decía que la primera impresión era la que contaba, y es por demás decir que era tan astuta como inteligente, pues su promedio era el más alto de su clase.
Un día el venado Renato, que no se sabía la raíz cuadrada de 900, se le ocurrió pedirle ayuda a Nelly y le preguntó:
_ Zorrita Nelly, ¿me podrías enseñar cómo resolver la raíz cuadrada?
Pero la zorrita, burlándose le contestó:
Para qué... Eres tan tonto, que no la aprenderías en un año. Deberías ser un burro en vez de venado.
Todos los animalitos se carcajearon de Renato y le llamaron “burro”
Al pobre venado no le quedó más, que salir cabizbajo del salón y, ya afuera, se puso a llorar pues había pasado mucha vergüenza. Pensaba que no era justa la comparación ya que no era tan inteligente como ella, pero, las demás materias, las aprendía sin dificultad salvo las matemáticas, que eran su peor pesadilla.
Los días siguieron y el turno le tocó al sapito Rubén, pues, en la clase de Educación Física, el maestro lo escogió como compañero de la zorrita en la carrera de relevos.
El sapito sabía que no podría soportar el ritmo y a medio camino, cayo exhausto. Nelly, al verlo, le grito enojada. “¡Levántate! ¡Mueve esa panzota y demuestra que puedes!”
El sapito sabía que era imposible que ganaran, pues su equipo era el más disparejo de todos: el venado Renato con la ardillita Arely, el jabalí Felipe con la liebre Tomasa, el oso Benito con el zorrillo Joel y así sucesivamente. Todo estaba perdido y lógicamente que los que ganaron fueron el venado Renato y la ardillita Arely.
Esto la puso furibunda y explotó contra el sapito Rubén y, gritando, le dijo:
_ ¡Eres un zoquete! ¡Por tu culpa perdimos, sapo feo y deforme!
El sapito se puso a llorar en frente de todos los animalitos, que, disgustados por la reacción de Nelly, le empezaron a decir de cosas ya que Rubén era muy querido por todos, pero Nelly se tapó las orejas y se marchó.
La zorrita no era mala, sólo que la vanidad nublaba su razón, pero su corazón le gritaba que, de seguir así, perdería a todos sus amigos.
Cuando salieron de vacaciones, todos se pusieron de acuerdo para ir de campamento al otro lado del bosque, ya, que se decía, que había una enorme cueva donde caían unas cataratas, además de aguas termales en su interior. Se hicieron los preparativos para salir de excursión, pero no invitaron a la zorrita que, al saber, les reclamó por qué no la tomaron en cuenta, pero el zorrillo Joel le explicó que todos iban en pareja y ella, al no tener, quedaba fuera del viaje.
La zorrita miró a su alrededor y era verdad lo que decía el zorrillo, pero no vio en el grupo a su amigo el mapache Rodrigo y pensó que, con él a su lado, ya no había excusa para no ir al viaje.
El mapache Rodrigo llegó en ese momento en compañía de la zarigüeya Martha, quien tenía poco de haber entrado a la escuela y, al parecer, se llevaba muy bien con el mapache.
El mapache Rodrigo ignoró por completo a la zorrita a la que no le quedó de otra más que retirarse del grupo. Ya en su hogar, pensaba cómo era posible que su mejor amigo la hubiera cambiado de esa manera. No lo podía creer y se preguntaba: ¿Por qué...?
La verdad era que el mapache, al ser tan presumido como ella y ver que Nelly se creyera superior a todos, no lo soportó y optó por alejarse de ella. Nelly se pasó las vacaciones llorando y pensando cómo recuperar la amistad de todos sus amigos y buscó la manera de cómo recibirlos. Organizó con la ayuda de sus padres una fiesta sorpresa con globos, piñata y pastel para que se divirtieran y hacerles saber que no les guardaba rencor.
Pero al regresar sus amigos del viaje, la sorpresa se la llevó ella pues llegaron acompañados de una familia de pavo reales, los padres y un joven pavo real, el cual causó admiración ya que su plumaje era muy diferente al de sus padres. Tenía en sus plumas corazones entrelazados además de tonos multicolores jamás vistos; en verdad era hermosísimo.
Hasta la zorrita se cohibió pues se dio cuenta que ya no sería la más bella ya que el pavo real sobresalía entre todos. Sintió una envidia atroz en contra de él, pero al poco tiempo la desechó y se dio cuenta que el pavo real, llamado Jairo, era un animalito noble, amigable y humilde, pues con todos hizo amistad y no se ufanaba de su hermosura.
Al entrar a clases, Nelly se quedó anonadada ya que Jairo demostró que su inteligencia era muy superior a la de ella y aún los maestros estaban sorprendidos pues sus conocimientos superaban hasta los de ellos; en pocas palabras, Jairo era un genio, pero el pavo real no presumía de serlo, ya que ayudaba a todo aquel que se le dificultara algo; sin ofenderlo, siempre amable, y con una sonrisa les explicaba.
La zorrita Nelly comprendió que siempre estuvo equivocada, ya que en la vida no se puede tenerlo todo y que siempre habrá alguien que sea mejor.
Pidió disculpas a todos los que había lastimado con sus ofensas, y prometió ser más humilde y menos soberbia ya que la mejor lección, la vida se la había dado.
Y así fue en adelante, la zorrita recuperó la confianza y amistad de todos los que, por fin, un día, la eligieron como amiga.
Desde entonces Nelly colocó en la entrada de su cuarto un escrito de su inspiración que dice: 
“No seré la más bella
No seré la más inteligente
Pero tengo muchos amigos
Que me quieren desinteresadamente”

Y desde ese día en que Nelly cambió para bien, todos los animalitos vivieron muy felices en el bosque en un ambiente de paz y tranquilidad.

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