Todo se ha apagado

Todo se ha quedado calmado, las calles vacías, las carreteras desiertas, pareciera que es el preludio de que viene algo peor, algo que no podremos detener o controlar. 

La fe se nos hace necesaria, mediante el diálogo entre los más cercanos a nosotros, nos damos ánimos y nos apoyamos. Esta crisis nos enseñó a entrar nuevamente en diálogo con nuestros seres queridos; esto sin duda nos deja una enseñanza perenne.... no volveremos a ser los mismo!!!!!!!