domingo, 14 de junio de 2020

DIALOGO PRIMERO

DIALOGO PRIMERO
... El instinto malo es en el hombre más poderoso que el bueno... el temor y la fuerza tienen mayor imperio sobre él que la razón... Todos los hombres aspiran al dominio y ninguno renunciará a la opresión si pudiera ejercerla. Todos o casi todos están dispuestos a sacrificar los derechos de los demás por sus intereses. ¿Qué es lo sujeta a estas bestias devoradotas que llamamos hombres? En el origen de las sociedades está la fuerza brutal y desenfrenada..., etc. 

sábado, 13 de junio de 2020

Maquiavelo en el vaporEnrique Krauze, Letras Libres, Julio 18, 2016

Maquiavelo en el vapor
Enrique Krauze, Letras Libres, Julio 18, 2016

El 5 de junio se cumplió un año de la muerte de Manuel Camacho Solís. Aunque nuestras opiniones políticas fueron casi siempre divergentes, fuimos buenos amigos. Es hora de recordarlo.

Su vocación política era de hierro. Tengo entendido que su padre –un severo médico militar– le infundió la seriedad y disciplina que lo caracterizó siempre, y el sueño de llegar muy alto en el gobierno. A una amiga suya de juventud le dijo: "voy a ser presidente de México, como Kennedy". Alguna vez me dijo que el mayor estadista de la historia mexicana era Porfirio Díaz. Es claro que Manuel aspiró a la presidencia por largos años.

Aunque defendía al sistema político mexicano como una "democracia sui géneris", creo hacia 1984 comenzaba a tener sus dudas. La prueba está en que fue Manuel quien en ese año se empeñó en presentarme a don Luis H. Álvarez, que acababa de ganar la alcaldía de Chihuahua. Tras el escandaloso fraude electoral de 1986 en ese mismo estado, don Luis emprendió una huelga de hambre. Manuel me pidió que intercediera para que la levantara. Camacho tenía esa virtud: tendía puentes de manera continua y sistemática. Para él, la política era, ante todo, el arte de la negociación.

Evoco una anécdota curiosa. Sucedió en el club Avándaro. Entré a las regaderas, seguí al vapor, y entre la bruma, de lejos, vi un personaje sentado, con la vista fija en un libro forrado de plástico transparente. Era Manuel leyendo los "Discursos" de Maquiavelo. ¿Se preparaba para aconsejar al Príncipe o para serlo?

En el sexenio de Salinas fue muy valiosa su interlocución con quienes (en esos años de grandes reformas económicas) insistíamos, sin éxito, en la necesidad de una verdadera reforma política. No objetó, por ejemplo, nuestra batalla por la anulación de las elecciones en Guanajuato, el movimiento cívico del doctor Salvador Nava en San Luis Potosí y alentó (sin éxito, por las resistencias internas del PRI) el ascenso electoral del PRD en Michoacán.

Tras el levantamiento zapatista, Manuel (que, en un gesto inédito, se había declarado en rebeldía frente a la decisión del presidente a favor de Luis Donaldo Colosio) vio la oportunidad de saltar al escenario para ofrecer sus buenos oficios de negociador en Chiapas. Nunca, que yo recuerde, registró con detalle esa experiencia. Creo que las negociaciones que encabezó fueron fructíferas en la medida en que refutaron a quienes abogaban por el uso de la fuerza, que hubiese convertido a Chiapas en un Tlatelolco étnico, mucho más doloroso.

Con todo, aquella intervención histórica de Camacho en Chiapas tuvo una faceta negativa: arrojó una sombra de duda sobre Colosio, al grado de que en febrero y marzo de 1994 parecía haber no uno sino dos candidatos del PRI a la presidencia. Esa diarquía (que algunos atribuían al propio presidente) proyectó sobre la arena política una atmósfera ominosa, la idea de que todo podía pasar. Una sensación de vacío, incertidumbre y peligro flotaba en el ambiente antes del fatídico 23 de marzo.

En los últimos años, cuando se unió a las fuerzas y personajes de la izquierda, volvimos a coincidir en un club de la Ciudad de México. Era un nadador consistente. Casi siempre desayunaba solo. Sabía sonreír pero reía poco. Era adusto, espartano, gentil, argumentativo. "Soy un crisis solver", me dijo un día. "Tanto, que a veces las creas tú mismo", le dije, sin que se molestara. Le atraían las crisis porque en su vida personal había padecido muchas y muy dolorosas. Vivía bajo el signo de la orfandad. Su padre murió en un accidente, su primera esposa falleció de cáncer, dejándole hijos pequeños. Al hablar con él, sentí muchas veces que se contenía para no estallar, que absorbía los problemas estoicamente, sin quejarse, pero que en su fuero interno sufría por los golpes del azar, por las traiciones de que se sentía objeto, por las decisiones equivocadas, por los sueños malogrados. Dichosamente, se volvió a casar y tuvo dos hijas, a las que dejó mucho antes de tiempo.

Recuerdo su voz juvenil y cordial, su actitud enérgica, y el entusiasmo con que vivía su vocación. Creo que dejó un legado de civilidad, de disposición al diálogo respetuoso y tolerante, virtudes que hacen mucha falta en México y el mundo. Lamenté su enfermedad y su muerte. Y muy a menudo, al entrar al vapor, pienso en Manuel y me imagino discutiendo con él, como tribunos romanos en las Termas de Caracalla, inmersos en estanques que emanan nubes efímeras, como la política y la vida.

ABSOLUTO, EL

ABSOLUTO,  EL,  término usado por los idealistas para describir la única realidad independiente de la que todas las cosas son una expresión. Kant usa el adjetivo «absoluto» para caracterizar lo incondicionalmente válido. Afirma que la razón pura busca fundamentos absolutos para el entendimiento que son sólo ideales, pero que la razón práctica postula la existencia real de esos fundamentos como una necesidad de la moralidad. Esta aparente inconsistencia llevó a sus sucesores a intentar sistematizar su concepción de la razón. Para ello, Schelling introdujo el término «el Absoluto» para el fundamento incondicionado (y por tanto la identidad) de sujeto y objeto. Schelling fue criticado por Hegel, que definió al Absoluto como un espíritu: la necesidad lógica que él mismo encarna en el mundo para alcanzar el autoconocimiento y la libertad en el curso de la historia. Destacados idealistas decimonónicos británicos y norteamericanos, como Bosanquet, Royce y Bradley, defendieron la existencia de un absoluto cuasihegeliano. Véase también HEGEL,  IDEALISMO, SCHELLING.

lnfección Endémica

#Internacional #MayapacNoticias

Hoy, después de varios meses de lucha contra el virus #Covid19, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha declarado al virus como una infección Endémica, dándonos a entender, que será parte de nuestro día a día (como el catarro común, VIH, varicela y muchas).

Estamos ante una selección natural, como bien mencionaban nuestros antepasados Darwin y Wallace. Tristemente, quien no se adapte morirá.
Los más fuertes sobrevivirán, perderemos amigos, familiares y tendremos que afrontar la situación.

Sin embargo, la vida sigue.

En los próximos días, habrá reapertura en las actividades; los casos no cesarán e incluso habrá contagios masivos.

CONSEJO: Mejora tu calidad de vida, CUIDA TU CUERPO, aliméntate sanamente, sé más limpio y sano en todo aspecto. Evita vicios, haz ejercicio, (no nos garantiza salvarnos al 100% pero nos da mayor posibilidad al afrontarlo).

Es hora de cuidarnos, subir defensas, sistema inmune.

Fuentes: BBC, Diario Médico, Universal News.

viernes, 12 de junio de 2020

Anarquismo educativo

Anarquismo  educativo 
Las  corrientes  críticas  de  izquierda  han  desafiado  constantemente  el  rol  de  las  instituciones del  Estado  y  sus  representaciones;  concretamente,  el  rol  de  la  patronal,  la  policía,  la inteligencia,  los  Ministerios,  las  fuerzas  armadas,  etc.,  todos  han  sido  catalogados  como parte    de    una    estructura    jerárquica    que    existe    para    mantener    un    dominio    alienante;    no obstante,  es  relativamente  extraño  que  esta  ala  inconformista  cuestione  el  rol  del  sistema educativo;  la  mayoría  de  activistas  de  izquierda  cree  que  la  educación  es  buena,  y  siguiendo las  palabras  del  comisionado  estadounidense  Henry  Barnard  “la  educación  siempre  lleva  a la  libertad”. El  mito  de  que  toda  educación  es  sacra  ha  conducido  a  la  aceptación  de  las  calificaciones educacionales    como  la  medida  del  valor  social  aceptable,  y  como  base  para  privilegios sociales;  aún  cuando  estas  credenciales  están  diáfanamente  distribuidas,  de  acuerdo  a  las divisiones  de  las  clases  sociales  existentes.  Sin  embargo,  desde  que  han  existido  sistemas de  educación  estatales,  también  han  existido  diversas  oposiciones  a  tales  estructuras;  el pionero  de  la  crítica  fue  William  Godwin,  quien  en  1793  escribió  “Un  estudio  concerniente  a la  justicia  política”,  ensayo  considerado  como  el  primer  ataque  anarquista  moderno  al  aparato estatal.  Godwin  tenía  sobre  sus  hombros  las  experiencias  de  la  Revolución  Francesa  (1789)  y la  emancipación  norteamericana  (1776),  por  lo  que  los  aparatos  institucionales  de  gobierno para  él  pesaban  poco;  de  hecho,  él  creía  que  existían  dos  fuerzas  opresoras  en  la  sociedad:  la educación  y  el  gobierno;  también  estaba  convencido  de  que  una  sociedad  justa  sólo  podría  ser el  resultado  de  que  toda  la  gente  ejerciera  libremente  su  razón. Es    también    en    esta    época,    cuando    se    comienzan    a    gestar    las    primeras    alternativas educativas  al  Estado;  la  “Escuela  Moderna”  fue  fundada  en  1901  por  Francisco  Ferrer;  en 1909  fue  acusado    por  el  gobierno    español    de  dirigir  una  insurrección    y  por  esta  falsa calumnia    fue    ejecutado;    sus    ideas    inspiraron    un    movimiento    progresista    de    escuelas modernas  en  Estados  Unidos  que  existió  hasta  los  años  60. Recurriendo  a  las  teorías  de  Godwin,  Ferrer  escribió  acerca  del  apoyo  del  gobierno  a  la educación  nacional:  “ellos  saben  mejor  que  nadie  que  su  poder  se  basa  casi  exclusivamente en  la  escuela”;  para  Ferrer  era  inconcebible  que  el  gobierno  fuese  a  crear  un  sistema  de educación  que  condujese  a  cambios  radicales  en  la  sociedad;  era,  por  tanto,  poco  realista creer  que  las  escuelas  apoyadas  por  el  Estado  pudiesen  funcionar  como  un  modelo  para ayudar    a    las    clases    bajas;    más    bien,    la    educación    enseñaba    a    los    pobres    a    aceptar    la estructura  social  existente,  y  que  el  desarrollo  dependía  del  esfuerzo  individual  dentro  de dicha    estructura    social.    Esto    se    ilustra    con    la    Alemania    Nazi,    cuando    las    escuelas    se utilizaban  para  propagar  la  ideología,  el  nacionalismo  y  la  glorificación  del  Reich;  el entrenamiento  obligatorio  en  biología  racial  comenzaba  a  los  seis  años  de  edad,  y  había  un fuerte  énfasis  en  la  historia  y  literatura  alemana. Más  adelante,  el  famoso  exponente  inglés  de  las  escuelas  libres  A.S.  Nelly,  escribió  en 1939    en    “El    maestro    problemático”:    “las    escuelas    del    Estado    deben    producir    una mentalidad  de  esclavos,  porque  sólo  una  mentalidad  de  esclavos  puede  evitar  que  el  sistema sea  destruido”;  también  definió  a  las  escuelas  como  productos  de  un  interés  directo  de clase.      Estas      ideas      son      profundizadas      en      los      sesenta      por      Paul      Goodman;      y      más recientemente,  en  el  escenario  complejo  y  heterogéneo  de  los  setenta  surge  Ivan  Illich, quien  sostenía  que  la  escuela  prepara  a  un  consumidor  experto,  tomando  responsabilidad por  la  totalidad  del  niño;  a  partir  de  estas  ideas  tomó  fuerza  el  concepto  de “desescolarización”;  Paulo  Freire  bautizó  al  sistema  tradicional  de  escuelas  como  “método bancario”,  de  donde  se  deduce  que  el  estudiante  es  el  depositario  del  conocimiento,  más que  el  sujeto  del  proceso  de  aprendizaje. Los  reformadores  en  Estados  Unidos  hicieron  un  intento  de  resolver  el  problema  de  clase, pensaron  que  ubicando  en  las  mismas  escuelas  a  niños  pobres  y  ricos  estas  divisiones  se erradicarían;  no  obstante,  no  tomaron  en  cuenta  los  trasfondos  culturales,  ésto  condujo  a  la introducción  de  métodos  con  los  que  estamos  familiarizados  hoy;  las  necesidades  del individuo  son  atendidas  por  medio  de  “streaming”,  entrenamiento  vocacional  y  educación especial.  De  hecho,  en  los  años  40  un  grupo  de  sociólogos  norteamericanos  encontraron  dos elementos  importantes  sobre  la  relación  escuela-clase:  primero,  existe  una  clara  correlación entre  la  clase  social  y  el  rendimiento;  segundo,  cuando  los  niños  eran  separados  por  su habilidad,    por    medio    de    pruebas    estandarizadas,    los    grupos        encajaban    con    las    clases sociales  y  razas  existentes. El  fracaso  escolar,  pautado  por  múltiples  condicionates  –nutrición,  trabajo,  problemas familiares,  etc.-    reforzaba  la  jerarquía  social,  y  de  hecho  se  les  hacía  creer  a  los  pobres  que habían    desaprovechado    las    oportunidades    y    por    eso    fallaron;    y    este    fracaso    escolar agudizaba  la  sumisión,  la  apatía  y  el  atraso  social. Varios  pensadores  durante  los  siglos  XIX  y  XX  discutieron  la  cuestión  de  la  diferencia entre  la  educación  y  el  aprendizaje,  y  la  relación  entre  la  educación  estatal  y  la  revolución social;  todos  ellos  seguían    el  principio    de  que  la  libertad  política  significa  poco  si  las acciones  del  individuo  están  guiadas  por  una  autoridad  internalizada  –implantada  en  la escuela-  de  la  cual  no  hay  escape,  por  ejemplo,  Rousseau  en  El  Emilio,  afirma  que  si  la instrucción  moral  es  impartida  a  una  edad  temprana  domina  la  acción,  en  lugar  de  estar disponible  para  ser  utilizada  por  el  individuo;  inclusive  Rousseau  sostenía  que  los  libros eran  una  verdadera  plaga  de  la  infancia;  a  los  niños  no  se  les  debía  enseñar  a  leer,  sino  que debían  aprender  a  leer  por  medio  de  la  experiencia  y  la  nacesidad.  De  esto  se  deduce,  que  el aprendizaje  y  el  conocimiento  son  herramientas  para  que  el  individuo  las  utilice,  y  no  para utilizar  al  individuo. El  pensador  anarquista  del  siglo  XIX,  Max  Stirner,  tenía  ideas  similares  a  las  planteadas anteriormente  por  Rousseau,  su  libro  “El  individuo  y  su  propiedad”  es  sumamente revolucionario,    en  él  hacía  un  llamado  por  “una  educación  para  la  libertad,  no  para  la servidumbre”,  y  sostenía  que  había  significativas  diferencias  entre  la  persona  educada  y  la persona  libre. En  este  contexto,  Paulo  Freire  aportó  una  tesis  innovadora,  cuando  combinó  los  métodos pedagógicos    con    el    concepto    marxista    de    conciencia;    en    primer    lugar,    reconoció    que vivimos  en  un  mundo  deshumanizado,  sin  entendimiento  de  las  circunstancias  históricas que  determinan  nuestra  conciencia;  al  respecto,  Freire  dice:  “…una  revolución  no  se  realiza ni    con    verbalismos,    ni    con    activismo,    sino    más    bien    con    la    praxis,    por    ejemplo    con reflexión  y  acción  dirigida  a  las  estructuras  a  ser  transformadas”. Con  estos  antecedentes,  el  lector  podrá  tener  una  genérica  idea  de  los  movimientos    de escuelas  libres,  escuelas  modernas,  o  bien  de  las  corrientes  educativas  anarquistas  o desescolarizadas;  estos  modelos  fueron  un  ejercicio  invaluable,  pero  fracasaron  en  ejercer un  cambio  explícito  en  la  estructura  general  de  la  sociedad  y  se  puede  argumentar  que puede  acabar  creando  niños  que  sean  incapaces  de  entender  el  mundo  fuera  de  su  oasis educativo.

AD-MIRAR Miguel escobar Traducción (al portugués)

AD-MIRAR Miguel  escobar Traducción (al portugués): Mirele Alberton Paulo Freire no toma el término “admirar” en el sentido de quedarse absorto frente a algo, ni de entusiasmarse o maravillarse. Para él “ad-mirar”, con raíces latinas, es un término compuesto por la preposición  ad  que indica dirección, en dirección a, y el verbo  mirar  que significa ver. Ad-mirar es ver en dirección de algún lugar, dirigir la mirada hacia algo, direccionarlo. Consecuentemente, en el pensamiento de Paulo Freire ad-mirar es dirigir la mirada hacia el objeto de conocimiento como un objeto en sí mismo, es objetivar el yo, separándolo del no-yo, tomar distancia del objeto, mediante la  separación  de  la  subjetividad  de  la  objetividad.  La  ad-miración  es  una operación eminentemente humana en la medida que, al tomar distancia del no-yo podemos aproximarnos curiosamente de él, para comprenderlo, para descubrirlo, “des ocultarlo”. No hay acto de conocimiento sin una ad- miración del objeto a ser conocido. Sin embargo, al ser el conocimiento un proceso —no hay conocimiento terminado—, al querer conocer, ad-miramos,  más allá del objeto de conocimiento, nuestra admiración anterior del mismo objeto, nuestra percepción del objeto. Paulo Freire afirma: “Ad-mirar” y “admiración” no tienen aquí la significación usual. Admirar es objetivar un “no-yo”. Es una operación que, al caracterizar a los seres humanos como  tales, los  diferencia del  otro animal.  Está directamente  vinculada  a  su  práctica  consciente  y  al  carácter  de  su lenguaje. Ad-mirar implica colocarse frente al “no-yo”, curiosamente para comprenderlo. Por eso, no hay acto del conocimiento sin admiración  del objeto  a  ser  conocido.  Pero  si  el acto  de  conocer  es un  proceso —no hay  conocimiento  acabado—  al  buscar conocer, admiramos no sólo el objeto sino también nuestra admiración anterior al objeto mismo. (FREIRE, 1977, p. 74) En  el  proceso  epistemológico  de  admirar,  como  en  todo  proceso  del conocimiento, Paulo Freire enfatiza en la importancia de construir conocimiento a partir de la práctica. En los procesos educativos por ejemplo, debe existir una relación dialéctica ente transmisión de conocimientos y creación de conocimientos, por lo cual es necesario conocer al mismo tiempo, tanto la práctica como el conocimiento  producido.  En  este  sentido  es  necesario  por  ejemplo,  conocer  el pensamiento de Paulo Freire en su totalidad, para poder reinventarlo. Paulo Freire propone pensar la práctica para transformarla, teniendo presente que entre teoría y práctica existe una relación dialéctica. Una teoría sin práctica es verbalismo y una práctica sin teoría es activismo. Es necesario ad-mirar la práctica para desarrollar un ejercicio de abstracción y descubrir el vínculo dialéctico entre concepto y práctica: la práctica es la que da fundamento al concepto, que surge de la práctica como reconstrucción racional de los datos conocidos de la realidad, y regresa a la práctica, penetra en ella, conociéndola mejor para poder transformarla mejor. De ahí la importancia del diálogo como marca del acto del conocimiento. Es mediante el  diálogo  que  los  hombres  y  las  mujeres  pueden  desarrollar  su  capacidad  de sujetos pensantes, al asumir como suyos el proceso del conocimiento que los llevará a conocer su realidad. Al admirar el conocimiento que se tiene de un determinado objeto de estudio, ubicado en el contexto de la práctica, se puede analizar la percepción que se tiene de la realidad. Debido a que no existe un “yo pienso”, sino un “nosotros pensamos”, el sujeto pensante, que es un sujeto social, al ad-mirar puede tomar distancia de su percepción y conocer el por qué de ella, por ejemplo, la ideología que esconde la realidad y anestesia la conciencia. Así él podrá realizar un análisis crítico de la percepción anterior para obtener un conocimiento, una percepción crítica. Cada concepto propuesto por Paulo Freire es una ventana para entrar y ad- mirar el mundo, nuestro mundo, nuestro estar siendo, nuestra lucha, nuestra amorosidad. Cada concepto de él es otra puerta para entrar en su propuesta pedagógica, una llave para pronunciar el mundo. Ad-mirar el mundo es tomar distancia de él para mejor “leer” tanto el origen de las relaciones de opresión como la capacidad de lucha y de resistencia que se realiza en la esperanza de una sociedad que necesita reinventarse de abajo hacia arriba, para que, entre otras cosas, sea menos difícil amar. Cada ventana freiriana es una mirada que nos invita a detenernos para ad-mirar el mundo, para tomar distancia de él y recoger el velo que silencia: la  cultura del silencio  que  anestesia la consciencia, cubre  de  miedo  el  camino  de  la  solidaridad,  de  la  amorosidad  y  sólo  observa  la derrota del dolor, la sangre de las luchadoras y de los luchadores sociales, en la muerte de la palabra como acción transformadora. Cada puerta freiriana es una  entrada  para  ad-mirar  la  práctica,  al  construir  el  camino  epistemológico  de pensar con las harapientas y los harapientos del mundo y luchar por  pronunciar otro mundo posible: el mundo de la justicia, de la democracia, de la libertad. Admirar  con las y los harapientos del mundo  es  desvelar con  ellas  y ellos, nunca para ellos. Es revelar la mentira, el engaño y la perversión de la ética capitalista: la explotación del hombre por el hombre, la ley de la oferta y la demanda, el anestesiar la consciencia, el fin de la historia, la demonización de los luchadores y de las luchadoras sociales.

Referencias:  FREIRE, Paulo. ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural. 2. ed. México: Siglo XXI Editores, 1975; FREIRE, Paulo.  Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI Editores, 1970; FREIRE, Paulo.  Ação cultural para a libertação e outros escritos. Lisboa: Moraes editores, 1977; FREIRE, Paulo.  La importância del acto de leer.  México: Siglo XXI Editores, 1974; ESCOBAR, Miguel.  Paulo  Freire e a prática. Sonhos, utopias e lutas.  São Paulo: Líber Livro Editora (em prensa).

SABIAS QUE... EN LOS AÑOS 1600 Y 1700

SABIAS QUE... 

EN LOS AÑOS 1600 Y 1700

Al visitar el Palacio de Versalles en París, se observa que el suntuoso palacio no tiene baños.

En la Edad Media, no había cepillos de dientes, perfumes, desodorantes, y mucho menos papel higiénico. Los excrementos humanos eran lanzados por las ventanas del palacio.

En un día de fiesta, la cocina del palacio pudo preparar un banquete para 1500 personas, sin la más mínima higiene. 

En las películas actuales vemos a las personas de esa época sacudirse o abanicarse... 

La explicación no está en el calor, sino en el mal olor que emitían debajo de las faldas (que fueron hechas a propósito para contener el olor de las partes íntimas, ya que no había higiene). Tampoco era costumbre ducharse debido al frío y la casi inexistencia de agua corriente. 

 Solo los nobles tenían lacayos para abanicarlos, para disipar el mal olor que exhalaban el cuerpo y la boca, además de ahuyentar a los insectos.

Los que han estado en Versalles han admirado los enormes y hermosos jardines que, en ese momento, no solo se contemplaban, sino que se "usaban" como retrete en las famosas baladas promovidas por la monarquía, porque no había baños.

En la Edad Media, la mayoría de las bodas se realizaban en junio (para ellas, el comienzo del verano). La razón es simple: el primer baño del año se tomaba en mayo; así que en junio, el olor de la gente todavía era tolerable. Sin embargo, como algunos olores ya comenzaban a molestar, las novias llevaban ramos de flores cerca de sus cuerpos para cubrir el hedor. De ahí la explicación del origen del ramo de novia.

Los baños se tomaban en una sola bañera enorme llena de agua caliente. El jefe de la familia tenía el privilegio del primer baño en agua limpia. Luego, sin cambiar el agua, llegaban los demás en la casa, en orden de edad, mujeres, también por edad y, finalmente, niños. Los bebés eran los últimos en bañarse. Cuando llegaba su turno, el agua en la bañera estaba tan sucia que era posible matar a un bebé adentro. 

Los techos de las casas no tenían cielo y las vigas de madera que los sostenían eran el mejor lugar para que los animales: perros, gatos, ratas y escarabajos se mantuvieran calientes. Cuando llovía, las filtraciones obligaban a los animales a saltar al suelo. 

Los que tenían dinero tenían platos de lata. Ciertos tipos de alimentos oxidaban el material, causando que muchas personas mueran por envenenamiento. 

Recordemos que los hábitos higiénicos de la época eran terribles. Los tomates, siendo ácidos, se consideraron venenosos durante mucho tiempo, las tazas de lata se usaban para beber cerveza o whisky; esta combinación, a veces, dejaba al individuo "en el piso" (en una especie de narcolepsia inducida por la mezcla de bebida alcohólica con óxido de estaño). Alguien que pasara por la calle pensaría que estaba muerto, así que recogían el cuerpo y se preparaba para el funeral. Luego se colocaba el cuerpo sobre la mesa de la cocina durante unos días y la familia se quedaba mirando, comiendo, bebiendo y esperando a ver si el muerto se despertaba o no. De ahí la que a los muertos se les vela (velatorio o velorio), que es la vigilia al lado del ataúd.

Inglaterra es un país pequeño, donde no siempre había lugar para enterrar a todos los muertos. Luego se abrían los ataúdes, se extraían los huesos, se colocaban en osarios y la tumba se usaba para otro cadáver. A veces, al abrir los ataúdes, se notaba que había rasguños en las tapas en el interior, lo que indicaba que el hombre muerto, de hecho, había sido enterrado vivo.

 Así, al cerrar el ataúd, surgió la idea de atar una tira de la muñeca del difunto, pasarla por un agujero hecho en el ataúd y atarla a una campana. Después del entierro, alguien quedaba de servicio junto a la tumba durante unos días. Si el individuo se despertaba, el movimiento de su brazo haría sonar la campana. Y sería "salvado por la campaña", una expresión utilizada por nosotros hasta hoy.




ESTE BELLO MENSAJE. ES PARA TI...

ESTE BELLO MENSAJE. ES PARA TI...   Sin dudarlo... no terminarás este año con las manos vacías.  Han sido tiempos difíciles pero también de ...